Los libros feministas sobre salud son herramientas fundamentales para visibilizar desigualdades, cuestionar estereotipos médicos y empoderar a pacientes y profesionales desde una perspectiva crítica.
La salud también es política
Durante décadas, la salud se ha presentado como un terreno neutral, exclusivamente científico. Sin embargo, cada vez más voces —muchas de ellas feministas— han demostrado que la atención sanitaria está atravesada por relaciones de poder, desigualdades estructurales y sesgos de género profundamente arraigados. Los libros feministas sobre salud no solo narran esta realidad, sino que también proponen alternativas, denuncian omisiones y reclaman una salud más equitativa y humana.
En este contexto, leer, compartir y reflexionar sobre estos textos se convierte en un acto político y necesario.
La literatura feminista como herramienta de transformación sanitaria
Visibilizar lo invisible
La historia de la medicina ha sido escrita en masculino: desde los estudios clínicos hechos mayoritariamente en hombres, hasta los diagnósticos erróneos o desatendidos que enfrentan muchas mujeres. Los libros feministas sobre salud rompen este silencio, al dar voz a experiencias ignoradas por la medicina tradicional.
Leer estos libros no transforma únicamente a quien los escribe o los lee. También genera redes de apoyo, comunidades críticas y espacios de resistencia. En los círculos de lectura, en talleres comunitarios o en las aulas de formación sanitaria, estos textos inspiran debates necesarios y promueven el empoderamiento tanto de pacientes como de profesionales de la salud.
El papel de las enfermeras
Las enfermeras, muchas veces invisibilizadas dentro del sistema sanitario, han sido claves en el desarrollo de una mirada feminista sobre la salud. No solo por estar en contacto directo con las necesidades de las personas, sino también por haber sido históricamente relegadas por una jerarquía médica androcéntrica.
Leer y escribir desde la enfermería con perspectiva feminista es una forma de resistencia, de generar saberes propios y de reivindicar una profesión profundamente ligada al cuidado, la empatía y la defensa de la vida en todas sus formas.



